Diariamente estamos expuestos a situaciones que pueden afectar nuestra salud y no siempre estamos conscientes de ello; llegamos a pensar que le pasará a los demás antes que a nosotros.
Sin embargo, es necesario promover en los demás y en nosotros mismos una cultura de prevención a través de la cual estemos protegidos.
Cuando nos damos cuenta, esta cultura representa grandes beneficios, como el ahorro financiero. Al haber anticipado una posible enfermedad y adquirir un seguro de gastos médicos mayores, podemos observar que hay varias opciones para aplicarla.
Una de ellas es aprender sobre primeros auxilios. Si bien son prácticas que muchos desconocemos y no les damos la importancia que debiéramos, resulta elemental saber cómo hacer frente a las emergencias que lleguen a presentarse.
Los primeros auxilios se pueden aplicar en muchas circunstancias, como desmayos, fracturas, mordeduras o picaduras de insectos, choques, quemaduras por el sol, entre otras. Las acciones a seguir en cada una de ellas son diferentes pero hay algo en especial que llama nuestra atención cuando escuchamos hablar de primeros auxilios: reanimación cardiopulmonar, también conocida como RCP.
Esta práctica se vuelve necesaria cuando se presenta un paro cardio-respiratorio, el cual consiste en la interrupción brusca e inesperada de la respiración y la circulación espontáneas. Lo anterior puede ser consecuencia de accidentes como choques eléctricos o lesiones en los pulmones. Posteriormente, puede haber una disminución del transporte de oxígeno a los órganos vitales.
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